¡Púchica! Las declaraciones de Rixi Moncada sonaron como un “¡me lleva la que me trajo!” en medio de una potra: “Hoy podemos construir un mejor país, pero hay que hablarle a la gente con franqueza”. ¿Revolución estructural? ¿Lo público nos une? Sus palabras suenan inspiradoras, pero también dejan muchas preguntas sobre cómo se puede lograr ese famoso «cambio estructural». Aquí las desmenuzamos como una baleada «con todo»: con cuidado, para que no se le caiga nada. 🌯
🔍 Contexto histórico y actual: La resaca neoliberal
Desde los 90, Honduras se montó en la «camioneta del neoliberalismo». Privatización tras privatización, se prometió modernizar el país. ¿El resultado? Servicios que son «shastas» (malos y caros) y un pueblo que sigue «enjaranado» (endeudado).
Rixi tiene razón al señalar que este modelo ha favorecido a unos pocos. Sin embargo, no podemos ignorar que la empresa privada también ha sido clave para mantener a flote nuestra economía. Miles de empleos en sectores como la maquila, la agroindustria y el turismo han sido generados por emprendedores y empresarios que “le echan riata” todos los días para sacar adelante sus negocios.
🌱 Un llamado a lo público: ¿Solución o casaca?
Rixi dice que “lo público nos une”. Y, seamos honestos, un sistema público fuerte puede cerrar brechas sociales. Compa, imagine un sistema de salud accesible, escuelas bien equipadas y transporte eficiente; sería un game-changer. Pero, ¿cómo lo hacemos posible sin caer en los mismos errores de corrupción y burocracia que han dejado al Estado «en el suelo»? Un pixín pijiado va?
Aquí es donde el balance se vuelve importante: el sector privado también debe ser parte de la solución. En lugar de demonizarlo, deberíamos buscar alianzas público-privadas que garanticen calidad en los servicios y transparencia en la gestión.
Por ejemplo, en el tema energético, las microempresas pueden jugar un rol clave desarrollando proyectos de energía solar o eólica en comunidades rurales. El emprendimiento es un motor de cambio, siempre que haya reglas claras y un entorno que lo fomente.
En países como Uruguay y Costa Rica, los servicios públicos han sido la base para reducir la desigualdad. Pero la diferencia es que allá hay instituciones sólidas, algo que en Honduras parece más lejano que el Olimpia ganando la Libertadores. 😅
🚨 Lo que preocupa: Entre palabras bonitas y la realidad
- Cambio estructural suena bien, pero… ¿y los detalles? Decir que queremos una revolución es fácil, pero no vemos un plan claro. ¿Cómo enfrentamos los contratos internacionales o las deudas que nos tienen amarrados? ¿Cómo garantizamos que no será otro «relajo»?Honduras necesita pasos concretos: empezar por mejorar la gestión pública, invertir en tecnología para aumentar la transparencia y, sobre todo, devolver la confianza al pueblo.
- Lo público ha fallado antes. Si bien los servicios públicos pueden ser una herramienta de equidad, nuestro historial es preocupante. Las instituciones estatales muchas veces han sido refugio de corrupción. ¿Qué nos garantiza que ahora será diferente?
- El miedo a lo revolucionario. Aquí está el clavo: muchos asocian «revolución» con caos. Honduras no necesita más conflictos, sino acuerdos que nos saquen del hoyo. Debemos buscar un discurso más técnico y menos polarizante.
🌎 El medio ambiente como prioridad, no como “bono extra”
Otro punto fuerte de Rixi es su crítica al impacto ambiental del modelo neoliberal. No hay que rebuscar mucho: minería descontrolada, tala ilegal y urbanización desordenada son problemas diarios. Pero, otra vez, ¿dónde están las soluciones?
Aquí, el sector privado también puede ser un aliado clave. Empresas de turismo sostenible, cooperativas agrícolas y startups verdes están demostrando que el desarrollo económico puede ir de la mano con el cuidado ambiental. El emprendimiento verde podría ser el futuro de Honduras, si lo sabemos aprovechar.
🤔 ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?
Rixi pone sobre la mesa un tema que merece discusión: la necesidad de cambios estructurales. Pero, seamos sinceros, el cambio no puede venir solo desde el Estado. La empresa privada, los emprendedores y la sociedad civil deben ser parte de la fórmula. Al final del día, Honduras necesita que cada quien aporte su granito de arena, ya sea creando empleos, pagando impuestos o fiscalizando.
No podemos apostar todo al romanticismo revolucionario. Los catrachos sabemos que los discursos bonitos no llenan las barrigas. Aquí se necesitan acciones concretas, liderazgos honestos y una visión que combine lo público y lo privado. ¡A wilson, hasta ver no creer!
🎮 Conclusión: El balance es clave
Rixi tiene razón al señalar los problemas del modelo neoliberal y la importancia de fortalecer lo público. Pero no podemos perder de vista que la empresa privada y el emprendimiento son claves para generar empleo y crecimiento.
Al final, no se trata de elegir entre público o privado, sino de encontrar un equilibrio que beneficie a todos.
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